Tener cosas y sentirse satisfecho es genial! Nadie puede negarlo, pero lo que nadie te dice es que los logros son pasajeros. Como una suerte de castillo gigante que se va construyendo con esfuerzo a base de cartas de un mazo infinito.
Cuando deseamos seguir creciendo, pues... Solo vamos a la base y agregamos más y más cartas, pero invariablemente llegará ese día en que hayamos acumulado días buenos, logros y estemos a punto de colocar ESA carta! que dará por terminada la obra...
Entonces ocurre...
Un estornudo, una mano temblorosa o bien el mismo ímpetu del momento!... #~€#4¬@!!!
Solo basta un error para destruir ESO que tanto nos costó.
Cuando se derriba el castillo, por lo general quedan las bases y una serie de escombros coloridos que nos recuerdan burlescamente lo que fuimos, o podriamos haber llegado a ser, de ser más precavidos...
Nos alberga el sentimiento de desesperación por ver nuestra obra en el suelo y nos cuestionamos si vale la pena o no volver a ergirla, una vez más.
Yo construí mi castillo y me sentía muy feliz con el. Solo faltaban un par de cartas, que podían ser representadas por un par de meses, pero un mal día, una desconección total con mis labores fundamentales... acabaron con ese GRAN y satisfactorio castillo.
¿Qué pienso hacer ahora?
CONSTRUIR UNO AÚN MÁS GRANDE! jajaja that's how we do it in my world!
El tiempo que pasas lamentandote lo que perdiste... es tiempo que podrías utilizarlo en reforzar las bases de tu próximo castillo y en entrenarte para evitar que ese mismo vuelva a colapsar.
No se engañen... todos hemos derribado castillos por aburrimiento, ¿por qué aflijirse por ver uno más en el piso?
Kronox
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